1948
¿Qué daremos?
Nuestra sacra Madre, Maria Santisima de Araceli, va a ser coronada. Vamos a ponerle sobre su frente bella y augusta, la aureola, la ilusión de un pueblo que, ante su efigie soberana, se encuentra arrodillado, pidiendo perdón y remedio para sus culpas.
¡Le debemos tanto! Ella, que con benévolo anhelo, apartó de nuestras plantas los abrojos; desmoronó los escolios que ante nuestro camino se alzaban; quitó de nuestro corazón la nociva ponzoña del mal; lavó con el rocío de su amor, los pensamientos malos de nuestra mente; sanó nuestra alma, de alguna pasión impura y denigrante; no dejó jamás que en nuestro espíritu, se adentrara el demonio; y con el remordimiento, limpió y purificó nuestro cuerpo y nuestra alma, dejándoles bruñidos y relucientes, como los pródigos destellos de su corona.
A nuestra amadísima Patrona, ¿cómo podremos pagarle tanto bien, darle una prueba de nuestra gratitud y amor? ¡Bien poco es contribuir para que, con el esplendor y magnificencia que requiere acto tan solemne, sea coronadal ¡Bien poco es aportar un grano de arena, para que se haga esa obra tan grandiosa, esa empresa tan sublime y eterna, que jamás han conocido los anales de la Historial
Mas, ¿qué daremos si somos pobres?… El aliento del alma y del ser; el amor eterno hacia Ella, la Buena, la Dulce y la Amante; el corazón limpio y puro como el agua cristalina, impregnado de fervor y ternura a Quien todo se le debe.
¿Qué darenos si somos ricos? La parte material sería muy poco, nada; con ella, que muchas veces es la causa del pecado, puede hacerse un bien, una buena obra; servirá el dinero que donenos, para amortiguar nuestras faltas, para suavizar el castigo, para hacer una caridad con nosotros mismos. El amor, y la fé, y la veneracion, y el alma pura y resplandeciente que también le demos, es lo que Ella más quiere, lo que más desea, lo que le causará más dicha en el día glorioso que esperamos. La veremos sonriente, llena de ternura, darnos las manos desde su ermita, y ayudarnos a subir a donde nos espera Dios, al Reino de los Cielos.
M. MOLINA
Mensaje Aracelitano 8 de Marzo de 1.948,con motivo de la Coronación.